
Ankara Night Cattery
Origen de la raza - Historia
Angora Turco
Como su nombre lo indica, el Angora Turco es originario de Ankara (Turquía), donde los gatos blancos con ojos dispares son considerados el símbolo tradicional de la pureza.
Existen varias teorías acerca del origen de los Angora, pero la más aceptada explica la transformación de una antigua raza de gatos afincados en el sur de Rusia que desarrolló un largo pelaje para defenderse de los terribles fríos invernales. Esta raza llegó hasta Persia, India y Asia Menor (la actual Turquía) entre los siglos IX y XI, en las caravanas de los mercaderes que cruzaban Turquía e Irán, y sería el origen de los Angora. Ya en el siglo X, los vikingos llevaron algunos de estos gatos a los países nórdicos de regreso de sus correrías, con lo que el Angora Turco sería uno de los antepasados más lejanos del gato Bosque de Noruega. Los gatos de raza Maine Coon también son el resultado de la cruza de estos gatos de Angora con los gatos autóctonos de la zona del Maine.
En Turquía el pelaje de los Angora se hizo más ligero para adecuarse al clima de la región.
Durante siglos, los gatos han sido recuerdos muy atractivos para los invasores o los visitantes de Turquía y se dice que esta raza fue una de las primeras en llegar a Europa desde el Oriente en el siglo XVI, específicamente a Inglaterra y a Francia.
Tras su llegada a Europa, se convirtió en la raza de gato predilecta, en especial por su pelaje largo y sedoso. Llegó a ser muy popular en los círculos aristocráticos del siglo XVIII debido a su elegancia. Richelieu tenía catorce gatos. Los reyes Luis XIII y Luis XVI también tenían ejemplares de esta raza ya que estaban considerados un artículo de lujo. María Antonieta tenía igualmente varios y los envió a EEUU antes de ser arrestada. Así fue como la raza llegó al Nuevo Mundo.
En Inglaterra también fue un gato muy popular. En el siglo XIX, asociado con la raza British, se creó la raza Persa. El Angora fue quién le trasmitió el gen de pelo largo a esta popular raza.
Sin embargo, eventualmente se perdió el interés por ellos y se hicieron escasos hasta el punto que estuvieron cerca de la extinción durante la primera mitad del siglo XX. Uno de los factores que contribuyó a su casi desaparición fue el hecho de que fue utilizado indiscriminadamente para crear diferentes razas de gatos de pelo largo, pero afortunadamente, pudo recuperarse gracias a un programa de recuperación de la raza que implementó el zoológico de Ankara. Y en la década de los 50 se logró tener la primera pareja de ejemplares de la raza.
La segunda pareja llegaría unos años después y fueron estos quienes dieron origen a la raza actual de los gatos Angora. El primer ejemplar fue exportado a EEUU en 1954, pero no fue hasta la mitad de la década de los 60 que la raza se hizo lo suficientemente numerosa como para buscar el reconocimiento de la CFA (Cat Fanciers´ Association) de Estados Unidos. En 1973 la CFA reconoció la raza mientras que la Federación Felina Internacional lo hizo en 1988.